sábado, 26 de mayo de 2007

GABRIELA MISTRAL EN EL CHILE DE HOY

Sin duda el haber participado en un juicio ficticio fue una experiencia novedosa y grata y haber asumido un rol de testigo interpretando a Gabriela Mistral fue un placer para mi y además un desafío, pues no es fácil asumir el rol de otros y más aun hacerlo ante tus pares y saber que te están evaluando por ello. Dentro de todo lo positivo de la experiencia, me otorgué el placer conocer a mi personaje a través de la lectura de su vida y de algunos de sus poemas, con los cuales o me encanté o me entristecí.

Han pasado ya muchos años desde que Gabriela nos dejó, y deseo reflexionar a la luz de realidad actual de su Chile querido. ¿Qué sentiría si de verdad se levantara ahora de su lecho de muerte?. Se encontraría con grandes novedades, una de ellas en materia de educación, que sin duda llamaría su atención sería enterarse que la señora presidenta ha asignado del presupuesto nacional 650.000 millones de dólares a educación, una buena cantidad de millones, sin duda vería que de parte de todos los agentes implicados en la materia están surgiendo dudas, ideas y temores y tendría que enterarse que los temores los ha provocado la corrupción que de la educación tampoco ha quedado ajena. ¿Qué sentiría al saber que se han copiado modelos educativos extranjeros, ya fracasados en otros lugares y que en Chile seguimos esperando que funcionen?. Quizá preferiría pensar en las familia y querría visitar las casas de los niños, bueno, en muchas de ellas sería recibida por una nana que está asumiendo un rol de madre, se encontraría a niños asumiendo roles de adultos y quizá a muchos niños que no tendrían tiempo de atenderla porque están muy atareados con los compromisos escolares, llámense tareas, trabajos de investigaciones, proyectos escolares etc., o tal vez muy entretenidos con la televisión o muy distantes navegando en la red informática inmensurable , quizá ellos no querrían hablar con una señora poeta de la que alguna vez les han hablan en la escuela, que vivió hace tantos años, que ya no merece la pena recordarla, Imagino que Gabriela tendría aún la esperanza puesta en las madres, pero vería que las mamás que ella conoció, a las que ella les escribió, ya es difícil encontrarlas, muchas ya no tendrían tiempo de atenderla porque estarán dejando todo organizado para el día siguiente, ellas son ahora la mano de obra femenina del país, y me pregunto desde mi rol de profesora básica ¿qué pasaría si nos visitara? ¿qué querríamos decirle? . Por mi parte felicitarla porque en una época en que la mujer no era ni reconocida ni valorada, ella con gran esfuerzo, sin duda con muchas lagrimas, salió del anonimato y alzó su voz de poeta para hablarle a las madres, a los niños, al mundo entero. ¡Gracias Gabriela! y no te desanimes todos no te han olvidado, y aun quedan esperanzas.